PARALISIS BRAQUIAL OBSTETRICA
Durante el
nacimiento se pueden producir una serie
de problemas que dan lugar a
complicaciones de tipo traumático como fracturas (clavícula, humero…),
luxaciones o subluxaciones de articulaciones (hombro, cadera) o lesiones neurológicas (parálisis de algún nervio o alteraciones
de la sensibilidad).
Hoy vamos a hablar
de la parálisis braquial obstétrica, que consiste en la parálisis del brazo del
recién nacido provocada por la distensión de los nervios que salen desde la
columna cervical hacia el miembro superior, este grupo de nervios se denomina
plexo braquial.
Esta afección es
mas frecuente en partos con niños de alto peso (mas de 4kg) en los que tras
salir la cabeza el brazo se queda “atascado”, o en niños prematuros que se
presentan de nalgas o de pies.
Según el grado se
afectación de las raíces nerviosas y el numero de raíces afectadas, tendremos
varios tipos de parálisis y diferentes niveles de gravedad.
En el bebé,
observaremos en las primeras semanas que no mueve el miembro afectado o que lo
mueve menos que el sano, y que la musculatura esta debilitada, no pudiendo
desencadenarse los reflejos normalmente presentes en los recién nacidos, puede
estar también afectada la movilidad de la mano y la muñeca. Si la lesión no se
restaura completamente, es posible que
queden algunas secuelas que se verán a medida que el niño vaya
creciendo, como falta de integración de ese miembro en el esquema corporal,
disminución de la fuerza muscular y de la movilidad, acortamiento, etc.
Una vez
diagnosticada la parálisis, el tratamiento de fisioterapia comenzará
urgentemente, en las primeras semanas de vida. En los casos más leves,
continuará hasta los 6 meses aproximadamente y en los más graves el tratamiento
continuará hasta los 5 años, intentando minimizar las secuelas que esta
afección pueda dejar en el niño. El tratamiento consistirá en enseñar a los
padres la forma mas correcta de mover al niño para vestirlo, asearlo,
alimentarlo, se movilizará el miembro afectado con cuidado, se realizaran
masajes, estiramientos y estímulos para potenciar la musculatura afectada y
mejorar la circulación y paulatinamente, se irán agregando una serie de
ejercicios de coordinación y fuerza, según la edad y la evolución del niño para
que el brazo se integre correctamente en el esquema corporal. En algunas
ocasiones será necesaria la cirugía, y también se realizará un tratamiento de
fisioterapia pre y postoperatorio.
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