ROTURAS FIBRILARES Y FISIOTERAPIA
Una de las lesiones mas
frecuentes del tejido muscular es la rotura fibrilar. La vemos a menudo en la
práctica deportiva o en ciertos puestos de trabajo en los que se exige un
trabajo muscular intenso.
La mayoría de las veces
está causada por un sobreesfuerzo o un traumatismo y otras veces es causada por
la fatiga crónica del músculo sometido a esfuerzos continuos.
Para prevenirlas, se
recomiendan los famosos ejercicios de calentamiento y estiramientos antes y
después de la actividad intensa, ya sea
deportiva o laboral.
Una vez producida la
rotura, se clasifican en tres grados según la gravedad: en el grado I o “tirón”
apenas ha habido fibras dañadas, se presenta con dolor y con un mínimo o nulo
hematoma. Las de grado II ya afectan a un mayor número de fibras y podemos
encontrar en el músculo el signo del escalón, que es una depresión justo donde
se ha producido la lesión. El hematoma es mayor al igual que el dolor y la
persona tiene que parar la actividad. En las roturas grado III la afectación es
casi completa o completa y es necesaria la intervención quirúrgica (roturas
totales del vientre muscular o desinserción del hueso). La actividad del
musculo se hace imposible.
En las dos primeras es
donde la fisioterapia puede actuar desde las 24 horas de producirse. En las
primeras horas es muy importante aplicar frío, un vendaje compresivo, elevar el
miembro afecto y permanecer en reposo. El tratamiento de fisioterapia va
encaminado en los primeros días a disminuir el edema y el hematoma, para
limpiar cuanto antes la zona de los desechos que se producen en el proceso
inflamatorio y facilitar la correcta cicatrización del nuevo tejido.
Aplicaremos técnicas de drenaje linfático, kinesiotaping, o vendajes
funcionales que ayuden a limitar el movimiento inadecuado del músculo
lesionado. Poco a poco se van introduciendo otras técnicas como electroterapia
para el dolor, ultrasonidos, acupuntura, masaje, estiramientos suaves y vuelta
progresiva a la actividad física hasta la completa cicatrización. En el grado I
unos diez días son normalmente suficientes y en las de grado II se prolongará
durante tres semanas, aunque se podrá alargar mas dependiendo del alcance de la
lesión.
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