FISIOTERAPIA EN LESIONES MEDULARES
Últimamente aparecen
noticias sobre importantes avances en medicina en cuanto a la “curación” de las
lesiones medulares o avances técnicos que permiten mejorar la calidad de vida
de los lesionados, como exoesqueletos que pueden hacer caminar a un parapléjico. Resulta bastante esperanzador como avanza la medicina, porque hace solo poco más de 10 años, cuando yo cursaba mis estudios de fisioterapia, las lesiones medulares eran vistas como definitivas y sin ninguna posibilidad de mejora en las condiciones de vida de los pacientes.
La mayoría de las lesiones
medulares están causadas por traumatismos de la columna vertebral, en
accidentes de tráfico, accidentes laborales, caídas, zambullidas. Otra parte
pueden estas causadas por enfermedades infecciosas, tumores, problemas
circulatorios, etc.
La gravedad y la extensión
de las deficiencias dependerán de si la lesión es completa o incompleta y del
nivel de la medula en la que se sitúe. Aparecerán deficiencias motoras, de la
sensibilidad, del control esfinteriano, respiratorias y vagales.
La fisioterapia desde el
principio es uno de los pilares para recuperar la máxima independencia del
paciente y evitar complicaciones como
deformaciones, ulceras, problemas respiratorios, etc. Suele durar unos 8 meses
si no se presentan muchas complicaciones.
La reeducación se inicia
cuando el paciente está encamado y
en esta fase los objetivos son prevenir las ulceras por decúbito y las
deformidades articulares mediante los cambios posturales adecuados, mantener la
movilidad articular mediante la movilización de todas las articulaciones por
encima y por debajo de la lesión, fisioterapia respiratoria mediante ejercicios
adaptados a cada paciente y puesta en carga precoz (3 o 4 semanas del
accidente) si no existen contraindicaciones, de forma muy progresiva, para
favorecer por ejemplo el transito intestinal y la diuresis, entre otras cosas.
La segunda fase de la reeducación
es colocando al paciente sentado. El
inicio de esta fase dependerá del tipo de lesión y de su origen. Se trabajará
para conseguir control del tronco, buscando mejorar al máximo el equilibrio y
la fuerza de la musculatura del tronco y de los miembros superiores.
La tercera fase es la reeducación de la marcha en los casos
que sea posible, sirviéndonos de ayudas técnicas adaptadas a cada caso.
Durante el tratamiento
pueden aparecer una serie de complicaciones por las que habrá que estar siempre
alerta y detectarlas a tiempo: escaras, retracciones, fracturas, espasticidad,
dolor, etc.
Para mas información podéis escribirme a rocio@kinesbel.com, o llamar o acudir a kinesbel. Os atenderé gustosamente.
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