sábado, 24 de abril de 2010

MI RODILLA, SUS TENDINITIS Y YO

El otro día hablaba por el Messenger con un amigo: -“me duele la rodilla, Rocío, nunca me había pasado antes, estaba corriendo y de repente comenzó el dolor en la parte de fuera de la rodilla que casi me hizo parar. ¿Qué puedo hacer? Yo tengo que seguir corriendo….”
Son muchas las afecciones tendinosas que se pueden dar en la rodilla, ya que es una de las articulaciones más complejas de nuestra anatomía. Las más frecuentes son la rodilla del corredor o síndrome de la cintilla ilio-tibial, la tendinitis rotuliana o rodilla del saltador o la tendinitis de la pata de ganso.
En algunos casos, sobretodo en los deportistas, estas lesiones están provocadas por un mal alineamiento de la rodilla, debido al estrés físico al que la sometemos en la actividad deportiva ó a una alteración anatómica, provocando una “mala pisada” e irritando algunos tejidos. Una visita al podólogo a tiempo puede evitar muchas de estas afecciones.
En la rodilla del corredor aparece un dolor en la cara externa de la rodilla, lugar donde se inserta la cintilla-iliotibial. Se reproduce sobretodo al correr, subir o bajar escaleras o correr cuesta abajo.
En la tendinitis rotuliana el dolor se suele localizar justo en la parte inferior de la rótula y es frecuente en deportes que requieren saltos o cambios bruscos de dirección en la carrera.
La pata de ganso es la inserción en la tibia de 3 músculos del muslo, que al unirse tiene una forma similar a la pata de un ave. Esta tendinitis es también muy frecuente y el dolor está localizado esta vez en la cara interna de la rodilla.
En todas estas lesiones es muy importante la prevención. Para ello hay que realizar un calentamiento adecuado a la actividad que se va a realizar, utilizar el calzado idóneo, evitar las superficies duras (correr sobre terreno blando) e irregulares (no correr en pendientes). Al terminar la actividad es imprescindible realizar estiramientos generales y analíticos de todos los grupos musculares de las piernas.
Una vez que aparecen las molestias, es muy útil ponerse frío en la rodilla nada mas terminar el ejercicio. Si el dolor persiste o aumenta, no dudes en acudir a tu fisio para que pueda tratarlo cuanto antes y evitar complicaciones.

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