viernes, 19 de noviembre de 2010

DISCAPACIDAD Y FISIOTERAPIA

Otro de los amplios campos en los que la fisioterapia actúa es en el de las personas con discapacidad.
Para entender el concepto de discapacidad hay que explicar primero el concepto de deficiencia, que es dentro de la experiencia de la salud toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Puede ser temporal o permanente. Así, definimos discapacidad como toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para cualquier ser humano. Desde el punto de vista de la inserción social, hablaremos también de minusvalía como toda situación desventajosa para una persona concreta, producto de una deficiencia o de una discapacidad, que supone una limitación o un impedimento en el desempeño de un determinado rol en función de su edad, sexo y factores sociales y culturales.
Las discapacidades pueden ser físicas (paraplejia), psíquicas (“retraso mental”), mentales y sensoriales (sordera) fundamentalmente, aunque existen enfermedades que pueden causar también discapacidad y no están tipificadas como tal.
Las causas pueden ser genéticas (síndrome de down), problemas durante el desarrollo del feto y el parto (parálisis cerebral infantil), exposición a tóxicos, accidentes y enfermedades de origen cardiaco, mentales, del sistema nervioso, etc.
En los últimos años, ha cambiado mucho la forma de ver la discapacidad en la sociedad, y sobretodo han cambiado las actuaciones en la búsqueda de conseguir la máxima adaptación e integración de las personas que la sufren, para que puedan ejercer sus derechos plenamente.
Desde el punto de vista de la fisioterapia, esta se encarga de minimizar los efectos que causa la discapacidad o deficiencia y de ayudar a la completa adaptación de la persona a la sociedad sobretodo en el ámbito de la actividad física mediante rehabilitación, la psicomotricidad, el deporte y otras actuaciones.

jueves, 4 de noviembre de 2010

PON UNA BUENA SALUD SEXUAL EN TU VIDA

Tener una salud sexual buena es fundamental para una vida sana.
La sexualidad ha pasado de ser un tema tabú a ser considerada como un aspecto fundamental en la vida de las personas y su buen funcionamiento es imprescindible para tener una vida saludable en el más amplio sentido de la palabra.
La sexualidad humana esta influida por diferentes aspectos, el fisiológico, el psicológico, social, educacional y cultural. Por este motivo las disfunciones sexuales deben abordarse a traves de un equipo multidisciplinar, compuesto por médicos, psicólogos, terapeutas sexuales y fisioterapeutas, teniendo en cuenta cada caso individualmente.
En la mujer las disfunciones sexuales mas frecuentes son la inapetencia sexual, la anorgasmia (imposibilidad de tener orgasmos), el vaginismo (contracción muscular involuntaria vaginal que imposibilita la penetración) y el dolor durante el acto sexual (dispareunia).
El buen estado de la musculatura del suelo pélvico es fundamental para la vida sexual, por lo que en algunos casos el trabajo fisioterapéutico de esta musculatura mejorará los problemas. La simple debilidad muscular causada por la edad o los partos múltiples pueden causar trastornos en la sexualidad como falta de sensibilidad que a menudo son aceptados como normales cuando pueden ser tratados y solucionados.
Lo primero es ayudar a la paciente a tomar conciencia de esta musculatura. Para ello se realizan una serie de ejercicios y se puede utilizar también el biofeedback, un aparato que a través de sensores, informa de si se esta trabajando una musculatura en concreto. Una vez la paciente ha tomado consciencia debe ser capaz tanto de contraer la musculatura como de relajarla, el siguiente paso será enseñarla “trucos” para que pueda realizar esta contracción/relajación en los momentos que sean necesarias. Después pasaremos a fortalecer el suelo pélvico mediante ejercicios y/o con electroestimulación, que también es interesante en muchos casos. El masaje perineal se utilizara para mejorar la circulación, relajar la musculatura contracturada y mantenerla elástica. Se pueden añadir ejercicios más globales como de la zona lumbar, estiramientos, fisioterapia respiratoria y técnicas de relajación.
Lo importante es que el paciente este comprometido en el tratamiento y continúe realizando en casa lo que se le indique una vez terminada la fisioterapia.