miércoles, 7 de abril de 2010

TENGO EL HOMBRO CONGELADO

-“Tengo dolor en el hombro desde hace meses, empezó poco a poco, pero ahora no puedo ni quitarme la camisa, es que lo tengo pegado al cuerpo y no hay forma de moverlo. No sé como he podido llegar a este punto”.
Esto es lo que suelen contar los pacientes cuando tras meses de dolor, acuden a tratamiento de fisioterapia. Presentan el llamado hombro congelado, capsulitis retráctil o síndrome hombro-mano.
Se trata de una afección de la articulación del hombro y de los tejidos blandos que la rodean (cápsula articular, tendones y músculos) en la que aparece en primer lugar dolor, acompañado de una limitación de la movilidad, al inicio de forma voluntaria, porque al doler, el paciente evita el movimiento y después se instaura un bloqueo mecánico del hombro, es decir, que ya no se puede mover ni voluntaria ni pasivamente porque la articulación esta bloqueada. Este bloqueo esta provocado por la retracción de la capsula articular del hombro y la contractura de la musculatura localizada alrededor. El hombro congelado puede aparecer tras un traumatismo o lesión (tendinitis, por ejemplo) en el hombro, tras una cirugía torácica, un infarto de miocardio o cerebral, aunque a veces también se da sin causa conocida.
La recuperación suele ser lenta, de 6 a 10 meses para restaurar la movilidad completa. La fisioterapia es fundamental para acelerar la recuperación y evitar posibles incapacidades.
Podemos realizar un tratamiento preventivo en los pacientes predispuestos a sufrirlo con movilizaciones suaves y manteniendo el hombro en posiciones correctas.
En la primera fase, cuando el dolor es muy fuerte nos dedicaremos a luchar contra este con masaje descontracturante y circulatorio en el hombro y en el cuello, aplicación de electroterapia analgésica, ultrasonidos, calor, así como contracciones musculares y ejercicios que no aumenten el dolor. Cuando el dolor ha disminuido, añadiremos movilizaciones más amplias tanto activas (ejercicios con poleas y ejercicios pendulares) como pasivas. Fortaleceremos la musculatura para separar el hombro y la que realiza las rotaciones sobretodo y añadiremos ejercicios funcionales y de coordinación. Una vez terminada la rehabilitación, se recomienda realizar en casa una serie de ejercicios a diario para evitar recaidas.
Normalmente, aunque la rehabilitación es larga y dolorosa, se obtienen buenos resultados. En los casos que no evolucionan bien a veces se interviene quirúrgicamente para liberar la articulación.

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